Si usted es de los que ama la ganadería y ha ahorrado buena parte de su capital para comprar una finca en donde pueda hacer realidad su sueño, tenga en cuenta que no se trata únicamente de tener un terreno para mantener sus vacas. Más allá de las hectáreas a comprar o el número de ejemplares que tendrá, hay varios aspectos que se deben analizar y que son definitivos en el momento de implementar una finca multipropósito.
Según Michael Rúa Franco, director general de la firma nacional Cultura Empresarial Ganadera, para lograr que una finca sea realmente una empresa productiva se debe dejar atrás la cultura tradicional ganadera.
"Comúnmente el ganadero piensa que si hace lo que hicieron su padre, abuelo y bisabuelo con su finca va a tener buenos resultados", asegura Rúa.
Pero la realidad es otra. La ganadería evoluciona porque es una actividad económica que se desarrolla con seres vivos.
"Estamos hablando de bovinos, pero esos bovinos se alimentan de un ser vivo que es el pasto y ese pasto a su vez, tiene una interacción con el suelo, las lluvias, y el sol, de modo que el bovino está inmerso dentro de toda esa relación y el ambiente se vuelve fundamental a la hora de producir", destaca el experto.
Unido a ese pensamiento tradicionalista de la ganadería, se encuentra un problema adicional: la degradación de las pasturas, que es una consecuencia de una degradación de los suelos, la cual ocurre por causa de la radiación solar, que obviamente para los últimos años ha ido aumentando.
Sin embargo, la ganadería ha contribuido a ese problema, pues aún se usan técnicas antiguas para la creación de potreros. Técnicas que contemplan la tala de árboles y la quema de la vegetación para establecer allí un nuevo pasto que según las creencias sería más saludable.
"Muchas veces lo que se logra con esta técnica es crear desertización de los suelos, lo que produce un pasto de malas condiciones, que crece poco, que no ofrece volumen y no mucha calidad en nutrición, lo que genera que el ganado sufra consecuencias graves en su nutrición y desarrollo", aseveró Rúa.
¿Qué hacer?
Entonces, ¿cuál es la solución a estos problemas?
Para el experto, parte del éxito de la ganadería está en crear técnicas amistosas y respetuosas con el ambiente donde va a ser desarrollada.
Rúa asegura "el ganadero, antes que todo tiene que ser agricultor. De eso dependerá en gran parte que su finca pueda ser multipropósito y puede que además de producir leche, también tenga carne, pasto y abono, lo que le generaría un mejor aprovechamiento del terreno".
Agrega que también es muy importante la capacitación del personal que está al frente de la finca.
"Cerca del 80% de los ganaderos en el país son personas que se dedican a otro tipo de actividad y delegan el cuidado de sus fincas a personas del campo, que si bien tienen conocimientos empíricos, les da mucho temor cambiar e intentar nuevas técnicas", señaló el director de Cultura Empresarial.
Una muestra de esa evolución de la ganadería es el uso del estiércol como abono natural.
"Anteriormente a nadie le importaba dónde caía el estiércol ni qué pasaba con él. Ahora los altos costos de los fertilizantes químicos, los han obligado a tener un mayor cuidado con el estiércol y usarlo para la producción de sus propios abonos, ayudando así a darle un mejor tratamiento al pasto.
El ciclo multipropósito
Al igual que una cadena alimenticia, Rúa plantea que la producción en las fincas se debe realizar en un ciclo armónico entre el ambiente, el pasto, el animal y el hombre.
El hombre cultiva el pasto, alimenta el ganado, ese ganado da crías que, si son hembras darán leche y si son machos darán carne. Además tanto crías como adultos producen estiércol que se convierte en abono, el cual es nuevamente integrado al pasto con el que se alimentará el ganado y de esta manera se mantiene el equilibrio en el ambiente.
Otro aspecto en el que se ha evolucionado, es en la cantidad de ganado que se puede tener por hectárea, lo que se conoce como carga por hectárea.
Según Rúa, anteriormente se hablaba de cabezas por hectáreas, pero es un término que no diferencia qué tipo de ganado se tiene por hectárea.
Precisamente para dar una mayor utilización y productividad a la tierra se creó la Unidad Gran Granado (UGG), que para Colombia equivale a 450 kilogramos por hectárea.
Si hablamos en términos UGG, la capacidad ganadera de Colombia es de 0,3 UGG que equivale a 0,7 cabezas por hectárea, lo que significaría que para una sola vaca se necesitaría más de una hectárea.
"Esa carga es totalmente ineficiente porque podríamos decir que en una hectárea de suelo no hay ni siquiera una cabeza. Necesitamos más de una hectárea de pastos para ocuparlo con una vaca", explica Rúa.
De ahí que sea necesario que ese ganado no tenga una producción dedicada.
Todo tiene un orden
La clave está en la inversión. Sin embargo no se trata de una inversión exclusivamente de dinero.
"Tecnificarse no necesariamente significa comprar máquinas, equipos de avanzada y digitalizar.
Técnica es un conocimiento que se lleva a la práctica para perfeccionar un proceso productivo".
Es por eso que es necesario iniciar con una inversión intelectual. "El ganadero debe ser una persona que da ordenes para el manejo de su finca, pero que sabe por qué las da. Debe conocer los diferentes procesos y ponerlos en práctica de acuerdo a las necesidades de su finca".
Adicionalmente, explica Rúa, "cuando se ha invertido en conocimiento, se tiene la capacidad de invertir en trabajo. Esto quiere decir, tener personas calificadas al frente de las fincas, que desarrollen con profesionalismo los procesos de cuidado de los animales y de los cultivos".
Finalmente se realizan las inversiones en infraestructura. "Se deja de último este tipo de inversiones porque con la suma del conocimiento y el trabajo calificado del personal, se logran procesos mucho más fructíferos y que no son tan costosos".
Casos como la semiestabulación (en la que se combina el pastoreo con la alimentación en establos) o la estabulación (en la que la alimentación se realiza completamente en establos), que pueden resultar productivos, si se hacen sin conocimiento de causa y sin un manejo adecuado pueden resultar muy costosos.
"Cuando un ganadero conoce del tema y ha estudiado a fondo los procesos, sabe que una cerca eléctrica con bebedero móvil y saladero móvil es lo más barato y productivo que puede tener en su finca", dijo Rúa.
Recalcó que "tener una finca multipropósito les puede significar a los ganaderos una mejor remuneración por la variedad de productos, pero además les ayudará a liderar este tipo de procesos entre los demás ganaderos y convertirse en proveedor de pasto y abono natural", concluyó.
Agrega que también es muy importante la capacitación del personal que está al frente de la finca.
"Cerca del 80% de los ganaderos en el país son personas que se dedican a otro tipo de actividad y delegan el cuidado de sus fincas a personas del campo, que si bien tienen conocimientos empíricos, les da mucho temor cambiar e intentar nuevas técnicas", señaló el director de Cultura Empresarial.
Una muestra de esa evolución de la ganadería es el uso del estiércol como abono natural.
"Anteriormente a nadie le importaba dónde caía el estiércol ni qué pasaba con él. Ahora los altos costos de los fertilizantes químicos, los han obligado a tener un mayor cuidado con el estiércol y usarlo para la producción de sus propios abonos, ayudando así a darle un mejor tratamiento al pasto.
El ciclo multipropósito
Al igual que una cadena alimenticia, Rúa plantea que la producción en las fincas se debe realizar en un ciclo armónico entre el ambiente, el pasto, el animal y el hombre.
El hombre cultiva el pasto, alimenta el ganado, ese ganado da crías que, si son hembras darán leche y si son machos darán carne. Además tanto crías como adultos producen estiércol que se convierte en abono, el cual es nuevamente integrado al pasto con el que se alimentará el ganado y de esta manera se mantiene el equilibrio en el ambiente.
Otro aspecto en el que se ha evolucionado, es en la cantidad de ganado que se puede tener por hectárea, lo que se conoce como carga por hectárea.
Según Rúa, anteriormente se hablaba de cabezas por hectáreas, pero es un término que no diferencia qué tipo de ganado se tiene por hectárea.
Precisamente para dar una mayor utilización y productividad a la tierra se creó la Unidad Gran Granado (UGG), que para Colombia equivale a 450 kilogramos por hectárea.
Si hablamos en términos UGG, la capacidad ganadera de Colombia es de 0,3 UGG que equivale a 0,7 cabezas por hectárea, lo que significaría que para una sola vaca se necesitaría más de una hectárea.
"Esa carga es totalmente ineficiente porque podríamos decir que en una hectárea de suelo no hay ni siquiera una cabeza. Necesitamos más de una hectárea de pastos para ocuparlo con una vaca", explica Rúa.
De ahí que sea necesario que ese ganado no tenga una producción dedicada.
Todo tiene un orden
La clave está en la inversión. Sin embargo no se trata de una inversión exclusivamente de dinero.
"Tecnificarse no necesariamente significa comprar máquinas, equipos de avanzada y digitalizar.
Técnica es un conocimiento que se lleva a la práctica para perfeccionar un proceso productivo".
Es por eso que es necesario iniciar con una inversión intelectual. "El ganadero debe ser una persona que da ordenes para el manejo de su finca, pero que sabe por qué las da. Debe conocer los diferentes procesos y ponerlos en práctica de acuerdo a las necesidades de su finca".
Adicionalmente, explica Rúa, "cuando se ha invertido en conocimiento, se tiene la capacidad de invertir en trabajo. Esto quiere decir, tener personas calificadas al frente de las fincas, que desarrollen con profesionalismo los procesos de cuidado de los animales y de los cultivos".
Finalmente se realizan las inversiones en infraestructura. "Se deja de último este tipo de inversiones porque con la suma del conocimiento y el trabajo calificado del personal, se logran procesos mucho más fructíferos y que no son tan costosos".
Casos como la semiestabulación (en la que se combina el pastoreo con la alimentación en establos) o la estabulación (en la que la alimentación se realiza completamente en establos), que pueden resultar productivos, si se hacen sin conocimiento de causa y sin un manejo adecuado pueden resultar muy costosos.
"Cuando un ganadero conoce del tema y ha estudiado a fondo los procesos, sabe que una cerca eléctrica con bebedero móvil y saladero móvil es lo más barato y productivo que puede tener en su finca", dijo Rúa.
Recalcó que "tener una finca multipropósito les puede significar a los ganaderos una mejor remuneración por la variedad de productos, pero además les ayudará a liderar este tipo de procesos entre los demás ganaderos y convertirse en proveedor de pasto y abono natural", concluyó.
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